Yo fui una joven promesa de la fotografía. Uno de esos fotógrafos que empezó siendo de “culto”, de los que la gente presumía de conocer en las tertulias sobre fotografía. Ahora no hago fotos desde hace años. Ni falta que me hace porque, desde que soy la figura clave en todo festival de fotografía que se precie, gano más dinero que nunca. Estos saraos se han convertido en un circo de actuaciones previsibles por parte de todos los que participan y yo garantizo espectáculo, porque conmigo ocurre como cuando se va a ver a La Cubana o a La Fura dels Baus: nunca sabes qué va a pasar. Empiezo a ser imprescindible.

Philippe Halsman
¿Cómo ocurrió esta genial metamorfosis? Cuando mis fotos empezaron a repetirse, las ideas escasearon y fueron perdiéndose las ganas de pasar fatigas y arriesgar mis escasos ahorros (para que luego esas fotos pudieran no interesar), decidí dejar de darle al obturador. Y empecé a conjugar verbos que antes apenas pronunciaba: comisariar, visionar, impartir…
Ahora algunos me dicen que que ya no amo la fotografía, que he perdido frescura, que ya no consigo decir nada con la cámara (ni a mi mismo ni a nadie), que cuando hablo de la época en que hacía fotos los ojos se me humedecen… Pero, ¿qué importa todo eso ahora? ¡Qué sabrán ellos de lo que es fotografía! Lo que ha ocurrido en mí es algo que muy pocos saben hacer: he conseguido reinventarme. Ahora sé más de fotografía y soy un referente a la hora de marcar tendencias en la fotografía contemporánea de este país.
No he dejado de ser honesto. Sigo viviendo por y para la fotografía. Aún me sacrifico: al igual que cuando era fotógrafo, la mitad de las noches las paso fuera del dulce hogar. Es verdad que las pensiones de mala muerte y las tabernas se han transformado en hoteles de varias estrellas y en restaurantes de varios tenedores, pero es que con la edad ya no puede uno dormir y comer en cualquier sitio.
Como dije, mi campo de acción preferido son los festivales, esos circos de la fotografía con multiples atracciones: stands de venta de libros, cámaras y pepinacos, conferencias, proyecciones, mesas de debate, exposiciones comisariadas, maratones, bares para el mamoneo (mejor dicho, para hacer contactos) y… ¡los visionados! El visionado es la sección festivalera donde mejor puedo desplegar mi arsenal de conocimientos. Soy tan popular que todos los emergentes pujan para que yo les visione. Y para que el festival no pierda ni un ápice de beneficios y los aficionados ni uno sólo de mis consejos, he desarrollado un método original y exclusivo que he llamado el visionado ajedrecístico.
En el visionado ajedrecístico me muevo, cual Gary Kasparov en exhibición simultánea, por el interior de un círculo formado por las mesas de los candidatos a emergentes que, en la forma que previamente les he indicado, despliegan las fotos de sus porfolios sobre los tableros. Yo me desplazo, ágil y veloz, de puesto en puesto. A veces he usado unos patines para ir más rápido. Cada uno de los fotógrafos dispone de un par de minutos, que un cronómetro mide con exactitud, durante los que voy editando su porfolio y encestando con energía en una papelera, anexa a tablero, las fotos arrugadas que voy desechando, al tiempo que doy indicaciones breves y precisas al aspirante.
No soy de extenderme en explicaciones, porque si la imagen necesita de muchos argumentos, malo Manuel. Tampoco me duelen prendas a la hora de ser estricto, al tiempo que no incurro en demasiados halagos, pues debilitan. Como mucho, en tres vueltas me liquido un porfolio; y así pueden ir entrando más fotógrafos a escena e ir aprendiendo. Todos ganan; nadie pierde, ni el tiempo.
¿Tu sarao fotográfico (feria, festival, taller…) hace aguas? Llámame. Soy el creador genuino, el único, del visionado ajedrecístico. Además hago muchas otras cosas. Aquí te dejo mi currículum:
Nicon Pepinos (Murcia, 1961, vive a caballo entre Madrid, Berlín y San Francisco) es comisario, crítico cultural especializado en fotografía, director de cursos y talleres, visionario, especialista en management artístico y ensayista.
Como agente independiente ha desarrollado varios proyectos de comisariado e investigación fotográfica en diversos Centros de Arte y Museos de todo el mundo. Entre sus comisariados recientes figura la exitosa exposición colectiva “Lo efímero de lo periférico; una reflexión sobre lo fugaz a través de lo material”, en el Centro Cultural de Lobosillo; la multiexposición “Impressions and Obsessions 3.0” en la 1ª Bienal de Fotografía de Autor de Bacon Bridge; y la muestra “Unreal Sunsets” en la sala de exposiciones del Piano-Bar Apyce de Tembleque.
Ha participado como visionador en numerosas ocasiones. Recientemente en el Festival of Photography and Videoart de Kagar (Germany); en la Feria de Arte Contemporáneo y Deportes Naúticos ARCO_Nada de La Manga del Mar Menor; y en el Festival de Fotografía de Autor y de Paisaje de Cuenca (Spain).
Ha sido miembro del jurado de premios tan prestigiosos como el “Pilar Citroen”, el de la Semana Santa de Crevillente, el “Concurso de Artes Visuales Arriesgadas” de la Universidad Popular de Burguillos del Cerro, o el “Internacional de Fotografía” organizado por la Real Asociación Fotográfica de Ubrique.
Es colaborador de diversas publicaciones especializadas, como las revistas “TEXIT”, “Fotografía Artística de Alta Calidad” y “Arte y Reparte”.
También es consejero fundador de la Plataforma “Noa Lugar”, un espacio abierto, al aire libre, de pensamiento y experimentación fotográfica para artistas emergentes.
