Amigos, nadie duda de lo bueno que es pertenecer a un colectivo fotográfico. Y además ahora está de moda. El trabajo en equipo tiene indudables ventajas. Pero ocurre que pasados los primeros momentos de buenrollismo y de exaltación amistosa, la confianza empieza a dar asco y aparecen las discrepancias y las críticas destructivas, que pronto dan paso a las puñaladas traperas. Esto hará que inevitablemente cada uno empiece a mirarse el ombligo y a trabajar por su cuenta, provocando la agonía, a veces lentísima, del amado colectivoooh.
Quizás por estos inconvenientes, quizá porque son menos costosos económicamente, están proliferando como moscas en nuestos días los colectivos fotográficos que llamaremos mini. Porque en realidad son dúos. Se aprovechan de que están unidos por vete a saber qué intereses, por supuesto no fotográficos, y de que en la teoría un grupo lo forma un número ≥ 2, para autodenominarse colectivos.
Lo cierto es que esta manera de colaborar ha existido desde siempre. Recordemos a Gerda Taro y Robert Capa; al matrimonio Becher de Düsseldorf, a los excéntricos y geniales Blume. Y en tiempos más actuales al matrimonio Parkeharrison.
Cienojetes no puede estar a la zaga de las tendencias. Si hay que subirse al carro de los mini-colectivos para parecer modernos y ver si al final ganamos unas perricas, habrá que subirse, qué leches. El año pasado algunos amables lectores nos dijeron que quién coño éramos nosotros para hablar de fotografía, si encima ni nos atrevíamos a exponer nuestras fotos púbicamente. Pues bien, ha llegado el momento de dar la cara.
Una noche estival Nacho y yo hablamos de este proceso inexorable, de como nuestra cobardía iba desacreditándonos paulatinamente; y después de tomarnos unos golpes, decidimos constituirnos formalmente como Colectivo. Días y noches, noches y días, nos hemos estrujado la sesera pensando en qué nombre nos teníamos que poner. Porque el nombre a veces es casi tan importante como lo que hace el mini-colectivo. Pero los nombres que poníamos encima de la mesa sonaban a otros colectivos existentes y exitosos: Beba y Cosa, Rojo Chache, Nino el Cojo, LifeandChopped… Nada. ¿Para qué darle vueltas? Hoy nace el Colectivo Cienojetes, con nuestro primer proyecto, que nos ha tenido ocupados y acongojados todo el verano.
- Proyecto: Una deslumbrante realidad. (Murcia, verano 2013).
- Referentes: nos sentimos muy influenciados por grandes maestros de la historia de la fotografía, estando nuestros gustos encuadrados entre la street photography tradicional y el paisajismo más puro y relajante. Winogrand, Diane Arbus, Cartier-Bresson, Ansel Adams, Eggleston, Atget, etc.
- Marco conceptual: Atrapado y enajenado en una sociedad que le apabulla y deslumbra, el individuo intentará en vano rebelarse contra la extraña realidad que le muestran sus sentidos y sobrevivir con sentido al sinsentido. Pero no sabe contra qué lucha y sucumbe. Entonces el vacío lo asume todo. Como dice Lacan, “nuestra práctica es una estafa: fanfarronear, hacer pestañear a la gente, deslumbrarla con palabras rebuscadas”.
¿Os ha gustado? ¡Qué bien! Teníamos reticencias a exponeros nuestras fotografías porque nuestra formación es eminentemente clásica. Pero bueno, al fin nos hemos atrevido. Esperamos vuestras críticas y consejos para ir mejorando poco a poco.
